Normalmente una empresa no nace como una empresa exportadora, su inicio natural es la venta en su mercado nacional. Numerosas empresas, con décadas de funcionamiento, no han exportado nunca o como mucho han vendido en el extranjero lo que les han venido a comprar.
Cualquier empresario admitiría que uno de sus principales riesgos seria tener poco diversificada su cartera de clientes y estar bajo la dependencia de uno o dos de ellos. Esta misma reflexión se podría aplicar a los mercados, no podemos ser dependientes de un solo mercado.
Si esta premisa está presente desde el inicio de la fundación de una empresa , en tiempos de crisis la exportación no se convertirá en una solución de urgencia.
Evidentemente para abordar la exportación debemos hacer un planteamiento diferente al que hacemos en un mercado nacional. Necesitamos personal comercial con conocimiento de idiomas, formas de cobro internacionales seguras, alternativas de transporte y abrir mercados en lugares que no son nuestro hábitat natural. Esta estructura puede ser suplida por agentes de ventas en destino , asesores externos en comercio exterior y Transitarios/Agentes de Aduana.
Es importante que la apertura de nuevos mercados vaya acompañado de un estrategia y estudio donde evaluemos cuáles son los mejores mercados para nuestros productos y cuáles son las implicaciones documentales que comporta.
Director General de ADUANAS PUJOL RUBIÓ S.A.
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