viernes, 21 de diciembre de 2012

LA ANTIGÜEDAD PUEDE SER UN SIGNO DE MODERNIDAD

Buscando antecedentes sobre  APR en la hemeroteca de la Vanguardia encontré un “AVISO”, fechado en al año 1925, del Colegio de Agentes de Aduana de Barcelona que alertaba a los Importadores sobre el intrusismo de determinadas personas, no capacitadas, que ofrecían sus servicios como Agentes de Aduana.



Hasta aquí nada relevante, lo primero que pensé es que este tema seguía siendo actual, aunque realmente, lo que me llamo la atención, es la larga lista de agentes colegiados, entre ellos APR (Aduanas Pujol Rubió, S.A.) , que se relacionaban en esta inserción y sus nombres. Gran parte de éstos los recordaba de mis primeras andaduras en este sector, en la década de los setenta del siglo pasado y otros no, porque ya no existían en esa época.

De todas las agencias firmantes ya no quedan prácticamente ninguna, posiblemente dos o tres, entre ellas la  nuestra.

Me preguntaba a mi mismo que motivos habían llevado a la desaparición de todas esas agencias, muchas de gran volumen de negocio en su día y pensé, en primera instancia, que simplemente era un tema de mala gestión en un momento determinado o de razones económicas e incluso por el intrusismo que ya preocupaba, como hemos visto, en épocas pasadas.

Pensando en la larga trayectoria de APR (fundada en 1835) pensé que estos no eran los motivos principales de nuestra supervivencia, principalmente en estos últimos 20 años,  sino nuestra continua adaptación a las nuevas tecnologías y a los nuevos procedimientos de trabajo. Indudablemente una correcta gestión también tiene su parte.

Todas estas reflexiones es la que me llevan a pensar que APR  puede presumir de ser una empresa antigua como consecuencia de ser una empresa moderna. De no ser así posiblemente sería una más de la lista del “AVISO” que formaría parte del recuerdo.

Director General de ADUANAS PUJOL RUBIÓ S.A.


                            



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